jueves, 15 de marzo de 2012

SHAME -VERGUENZA- DE STEVE McQUEEN










Sara Veiras

Me gustó esta película. Una historia underground, interesante y veraz.
Lo primero que llama mi atención es el recorrido temporal de los personajes, que se mueven en un tiempo circular encerrado en sí mismo, con escuetos aportes que expliquen los punto de llegada, que a la vez son puntos de partida.
Brandon se levanta, camina en círculo por su casa, pasa cerca del teléfono, oye una voz quejumbrosa que intenta resultar simpática, no atiende, va al baño, se masturba, se viste con elegancia, baja al metro, mira descaradamente a las mujeres guapas, va a la oficina, sale con los colegas de copas, y tiene sexo. En eso de conseguir mujeres, es el mejor. Tiene una vida privada y otra pública, no las mezcla y se maneja con éxito en ambas, siendo un hombre de hábitos.
Un hombre concentrado y apasionado en su búsqueda: La sexualidad de su cuerpo, su resistencia, su límite. De hecho en lo que al cuerpo se refiere Él corre y Se corre. Es un deportista del sexo, un deportista urbano, un deportista de élite que tiene un nivel muy alto en una ciudad de alto nivel. A la vez es un hombre pudoroso, que defiende su intimidad, y no siente ningún interés en hacer alarde o exhibirse. El sexo es algo de él, con él, y para él. No necesita demostrar nada a los otros. Otros que lo hacen reír, porque sabe con sólo mirarlos, cuál es su nivel.
Gusta a las mujeres, este Brandon. Como gustan los hombre sin ambages, que van al grano sin miedo, y saben; hacer gozar a una mujer en la cama y fuera de ella.
Hasta aquí no veo nada que objetar a este personaje, salvo lo que pudiera una perspectiva mojigata.
Él gira como una rueda en su eje, con un tempo propio que parece no necesitar compartir con nadie más, salvo con otros personajes que le ayudan en esa búsqueda física, compartiendo su cuerpo con él, a los cuales está dispuesto a pagar, incluso.
De pronto alguien irrumpe en este baile solitario. Irrumpe la hermana de Brandon, Sissy. Como una música estridente invade la casa, entra sin anunciarse, y sin remilgos exhibe una desnudez impúdica, tanto la de su cuerpo como la de su carácter.
Sissy también está atrapada en un tiempo circular que lleva registrado en los brazos por cortes de cuchillo, pues cada cierto tiempo acostumbra a abrirse las venas.
Son familia, de la misma sangre, y se espera que se cuiden mutuamente; sin embargo aquí se pone de manifiesto otra dimensión temporal, que me parece crucial en esta historia. Por eso arriesgo una hipótesis que puede resulta polémica: Estos hermanos, Brandon y Sissy pertenecen a épocas distintas, a generaciones que no se tocan en el tiempo.
Él es, decididamente, un hombre del siglo XXII por lo menos; y ella es una mujer del siglo XIX (una mujer que aunque se acuesta con cualquiera a los veinte minutos de conocerlo, después lo llama por teléfono sin tener en cuenta que se trata de un hombre casado) . No obstante, entiéndase esto como una metáfora, que intentaré desplegar a lo largo de mi comentario.
Él es individualista, independiente, sensible hasta la lágrima, compasivo, inteligente, exitoso, y no se deja contar monsergas. Va a lo suyo, y lo suyo no es cargar con una mujer, una pareja, a cambio de Aburrimiento.
Ella es una llorona incapaz de subsistir por sus propios medios. Sin trabajo, ni casa, ni dinero; busca que alguien se haga cargo de su vida a cambio de un “Lo siento, lo siento, lo siento.”
Incapaz de colaborar en lo más mínimo, ni siquiera en el orden de la casa, cree que con este “Lo siento” pone en orden el mundo.
Yo soy capaz de decir “lo siento”, le dice a Brandon, como si ella fuera una iluminada. Y él contesta: “Lo importante son los hechos, no las palabras”.
Aquí Brandon también da en el clavo, igual que hace con las mujeres cuando se trata de sexo. Me parece un hombre sabio este Brandon, un hombre con una clarividencia descarnada, por eso lo localizo temporalmente en el siglo XXII, que imagino como un tiempo depurado de romanticismo.
Estos hermanos colocan por encima de las palabras los hechos, y él lo dice alto y claro. Donde las palabras se muestran impotentes, los hechos responden con eficacia. Los hechos son metáforas que tienen que ver con esa sangre, que seguramente es un punto de identidad problemático para estos emigrantes Irlandeses:
Él cuida la sangre a su manera, oxigena la sangre familiar en el jadeo del sexo. Ella se abre las venas, derramando y derrochando esa misma sangre.
¿Qué consiguen con este ir y venir del carajo, como diría el Maestro Gabo -porque esta película parece representar algo que ya ha pasado antes y que volverá a repetirse-?
Ella consigue la atención y la prueba de amor. Él consigue entrenar y apaciguar su cuerpo de atleta sexual. Ella consigue morir. Él consigue sobrevivir como un desterrado del amor.
Entre ambos hermanos y épocas se introduce un tercer tiempo, el presente, el aquí y ahora, traído de la mano de una chica negra, Marianne (Nicole Beharie).
Despampanante, guapísima, completamente fálica, con un cuerpo de “Te corto la respiración”, es la única con la que Brandon no puede hacerlo.
¿Por qué no puede?
Porque ella le corta la respiración. La forma de respiración descomunal de Brandon requiere un oxigeno que no puede proporcionarlo una mujer a cual Él invita a fantasear, le ofrece elegir lo que quiera, cualquier época del pasado o del futuro, y ella elige el “Aquí y ahora”. Elige el Aburrimiento.
Quizás algunos digan que el pasado no existe y que tampoco existe el futuro, que lo único que podemos elegir es el presente, por lo cual ella es una mujer sensata. Pero bueno, si vamos a rizar el rizo, hagamoslo bien. El presente existe como realidad soñada, y si estamos paseando con un hombre guapo, por lo menos soñemos en colores. A mí me da la sensación de que la chica negra se tambalea cuando él la invita a elegir; y no se atreve a imaginar nada mejor porque está marcada, demasiado marcada, por su condición racial, o por su falta de imaginación, que viene a ser lo mismo. Ella es una mujer ingenua, una mujer del presente, que cree en la realidad del aquí y ahora; por lo tanto no es una semejante capaz de acompasar a un hombre que vive al límite, porque así lo ha elegido. Un hombre que prueba el límite y que parece no tener miedo al hacerlo. Él me recuerda a un guitarrista que decía que tocaba al límite aún a riesgo de equivocarse, porque esa era su manera de hacer arte.
Marianne le gusta a Brandon, y con ella habla de su deseo de haber sido músico en los años 60. Creo que de este amor por la música viene la sensibilidad que esconde este personaje, y que trasvasa al sexo -donde él realiza su obra a conciencia-. Me dirán que se trata de una sensibilidad de Rockero Punk; sí, vale, pero eso también es sensibilidad.
Creo que con este deseo de Brandon por la música, carga su hermana. Ella también carga con el fracaso económico que conlleva la vida de músico cuando el talento es de término medio.
Creo que la música es el único punto de encuentro entre estos dos personajes y por eso él llora cuando ella canta. También es posible -y lo dejo caer como hipótesis-, que ella cante para llamar la atención de él y mantener un contacto, el único posible con este hombre, cuyo partener podría ser el sueño “músico de los 60”.
A partir de la revelación del deseo de Brandon por la música y los años 60, se abre un fructífero abanico de posibilidades. Yo considero que este momento es el ombligo de la historia, porque a partir de aquí podemos balbucear o articular algo que nos de pie a una profundización del personaje. Quizás se trata de un artista que renunció a su vocación para ganar dinero, hecho bastante habitual.
Quizás se trata de un hombre del futuro que toma sus rasgos de identidad sexual del pasado, de los tiempos en los que se soñaba con el amor libre, donde todos fuéramos de todos, sin ataduras personales. Donde la pareja se asociaba a la propiedad y a la cárcel, elementos asfixiante para la sensibilidad de un artista. Así se lo dice a Sissy, cuando ella le pide que la abrace: “Tú me aprisionas, me asfixias.”

Hay una guerra entre estos hermanos. Algo así como la guerra de los sexos.
Ella, lo femenino, quiere cobijarse bajo su ala, su brazo. Él, lo masculino, quiere descansar en el sofá después de haber andado por allí corriéndose una buena juerga donde ha probado de forma contundente su virilidad.
Ella pide amor. Él quiere aire.
Cuando él la expulsa de su lado, ella se corta las venas. Como Ama que es, Ama del deseo, gran histérica; ella arriesga su vida para salvar su reino.
Ella derrocha la sangre a manos llenas -la sangre que él ha acumulado y oxigenado con trabajo, como hacen los hombres-; y lo deja seco. Tanto que cuando vuelve a encontrarse con la guapa del metro, aquella detrás de la cual corrió una vez y que ahora está disponible, no tiene fuerzas, ni sangre en las venas, ni aire en la sangre.
"Tú tiras de mí hacia abajo”, le dice Brandon. Mientras Sissy cree que ha venido a cuidar de él. Cree que de no hacer todo este teatro, se perderán el uno al otro para siempre. Y en lugar de darle las gracias por su prueba de amor y por salvarle la vida, desde la cama del hospital ella le dice: Canalla.
Voy al diccionario y busco posibles significados: swine.
No sé si la traducción es buena. En español, canalla significa algo así como: gente baja, ruin, despreciable.
Venimos de un lugar malo, pero no somos malos, dice Sissy, en algún momento.

Podemos seguir planteando hipótesis porque la película es un pozo inagotable, pero ya es hora de despedirse. No obstante quiero agregar algunas impresiones sobre Sissy.
La canción que canta Sissy, New York, New York, habla de alguien que llega desde un pueblo y triunfa en la gran ciudad. Habla de él obviamente, y no de ella.
Ella siempre mira hacia él, todas sus intervenciones se refieren a él. Cuestiona su modo de vivir, su sexualidad, su posición social; mientras ella se mantiene en la postura de bella inocente.
¿Por qué?
¿Qué busca esta mujer?
¿Lo envidia?
¿Lo quiere destruir?
¿Por qué no puede Sissy asumir su propia vida sin derramar la sangre familiar?
¿Podrá Brandon liberarse de ella?
¿Terminarán muriendo los dos, o irán al psicoanalista y conseguirán formar un dúo de éxito en la gran New York?

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